Por Nacho Palou — 8 de Septiembre de 2004

Las dos últimas semanas la pasé recorriendo un poco Indonesia y Tailandia en viaje de novios recién casados. El bonito viaje terminó con un aborto de aterrizaje en el Aeropuerto de Madrid-Barajas. Cuando ya el B747-400 prácticamente había tocado tierra volvió a ascender bruscamente a las alturas acelerando y levantándose mientras la nueva terminal (al otro extremo del punto de entrada) pasaba por debajo.

Precisamente comentaba con mi mujer si no íbamos un poco rápido y estábamos tardando en tocar suelo porque se veía pasar la pista por la ventanilla (y la velocidad y altura en el monitor) pero la maniobra no acababa de concretarse --y ya era el octavo aterrizaje en 15 días y el cuarto en ese modelo de avión.

El piloto de la Thai simplificó el asunto con un "no hemos podido aterrizar" y anunció que íbamos a dar la vuelta para "volver a intentarlo". Así que dimos un cultural paseo de 25 minutos por Madrid (entrando por Plaza de Castilla) a más o menos 1Km del suelo. Al segundo intento el avión entró en pista notablemente más despacio y tocó suelo prácticamente allí donde termina la hierba y comienza el asfalto --y la cosa acabó bien.

Por lo demás hay por aquellas tierras muchas cosas curiosas y distintas que merecen la pena ser vistas. Aparte de las +5 y +6 horas de diferencia horaria hay +543 años en las fechas (los budistas andan por el 2547). El efecto de la Fuerza de Coriolis en el desagüe de la bañera apenas es apreciable. Si eres zurdo seguramente disfrutarás conduciendo por la izquierda y en cualquier caso es agradable pagar el litro de gasolina a 30 céntimos (excepto cuando hay tormenta que si toca bombear a mano el precio se duplica), el paquete de tabaco importado a 1 euro y una cena de lujo a 10. También es divertido hacer retiradas de cajero de un millón de rupias ;-)

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