Esta demostración de fuerza de 31 kilotones (algo más que en el caso de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki) está grabada desde las alturas y no tiene sonido. Fue parte de la operación Buster-Jangle de seis pruebas similares en 1951, sobre el desierto de Nevada. En Archive.org hay más material de estas pruebas.
Una toma sin duda especial por cómo está grabada; la ausencia de sonido ambiente le da un toque irreal e inquietante. Hoy en día sería fácil simular el mismo efecto con imágenes generadas por ordenador como en el cine y las series de televisión; en aquella época había que filmarlo con película analógica quedándose más o menos cerca de la explosión recién provocada.
(Vía A Cool Link + Atom Central.)