En este mix malintencionado de los clásicos problemas lógico-matemáticos-filosóficos se combinan el dilema del prisionero y el dilema del tranvía, de modo que si conoces ambos y te pones a pensar… te puede acabar explotando la cabeza:
Un tranvía en el que viajan muchos de tus seres queridos se dirige por una vía que acabaría atropellando a otro ser querido – pero si haces un cambio de vías acabará atropellando a tres extraños.
Pero al otro lado hay otra persona que está en la situación exactamente simétrica: Si ambos elegís cambiar de vía a los tranvías colisionarán en medio del camino, matando a casi todo el mundo.
El mejor escenario en cuanto al número de vidas es no hacer nada y dejar que muera un solo ser querido, lo que sucede si tú no haces nada y la otra persona hace el cambio. Pero el peor escenario es si ambos hacen el cambio de vías.
¿Tú qué harías?
Para entender mejor la imagen hay que hacerse a la idea de que el tranvía rojo viaja hacia la derecha (abajo) y el azul (arriba) hacia la izquierda; los tres muñecos de la vía central son las posibles víctimas en caso de colisión para ambos vehículos (-3, -3) No hacer nada significa que el tranvía prosigue por la misma vía y mata a un ser querido (-1, 0) y si se hace el «cambio de vía» toma la que está justo al lado, donde si el otro protagonista no hace nada (y sacrifica a un ser querido) salva a todos los familiares propios (resultado: 0, -1).