5 billones de marcos de Phoenix Mining (vía German Inflationary Notgeld 1922-1923)
Había oído hablar del periodo de hiperinflación que afectó a la República de Weimar entre 1921 y 1923 y que alcanzó la asombrosa cifra de un 1.000.000.000.000%, lo que hizo que los precios en Alemania alcanzaran valores numéricos astronómicos dado que el marco de por sí apenas tenía valor alguno.
Lo que no sabía era que ante la imposibilidad logística de imprimir papel moneda con denominaciones cada vez mayores en cada vez menos tiempo se había utilizado el conocido como dinero de emergencia, notgeld en alemán, que era impreso por bancos, ciudades, empresas y otras instituciones, normalmente con el permiso del banco central, aunque el marco llegó a ser tan inestable que este dinero de emergencia llegó a imprimirse con denominaciones en madera, carbón, azúcar, o incluso otras monedas como dólares.
También llegaron a utilizarse otros soportes distintos al de los billetes de papel como por ejemplo seda, porcelana, sellos, carbón, o incluso cualquier tipo de cartón reciclado como los naipes.
Este «dinero» en realidad no era de curso legal, y como tal sólo era aceptado por aquellos que querían usarlo, para quienes funcionaba más bien como un reconocimiento de que «te debo tropecientosmil marcos» que como dinero en sí.
El uso de este tipo de dinero se remonta a principios de la Primera Guerra Mundial cuando la inflación causada por el coste de esta hizo que las monedas pronto valieran más por el material del que estaban hechas -que de hecho también era necesario para el esfuerzo bélico- que por su valor monetario, con lo que muchas instituciones comenzaron a almacenarlas y se produjo una escasez de ellas en el mercado, lo que se solucionó imprimiendo billetes de poco valor como estos:
Notgeld de 2 marcos de Schleswig
Notgeld de 25 pfennig de Wandsbeck
Ambos vía Notgeld - Pre-Inflationary German Currency
Además, las entidades emisoras de estos billetes se dieron cuenta además muy pronto de que como tenían en realidad tan poco valor económico si los hacían medianamente bonitos la gente se dedicaría a coleccionarlos de tal forma que en realidad nunca tendrían que ser cambiados por su valor en dinero «de verdad».
De hecho, se siguieron emitiendo series de estos billetes hasta 1922 aún cuando ya no eran necesarios desde el punto de vista económico para que la gente los pudiera seguir coleccionando, y a menudo cuando una nueva serie salía al mercado ya estaban caducados.
(Vía una anotación de emergencia de Dark Roasted Blend.)