Por Nacho Palou — 10 de mayo de 2016

Una tentativa de selfi acabó con la destrucción de una estatua del rey Sebastián I de Portugal que decoraba la estación de trenes de Rossio, en Lisboa, desde hace 126 años. La caída del rey ocurrió después de que un joven de 24 años se encaramase al pedestal para posar junto a la figura, provocando su caída y destrucción contra el suelo.

«A pesar de que Dom Sebastião fue un joven valiente que luchó hasta la muerte en las cruzadas, parece que no fue capaz de soportar el reino de los selfies», escriben en DIY Photography.

La destrucción de la estatua, aunque es una calamidad, no es nada demasiado grave en comparación con las muertes atribuibles a hacerse un selfis y en las que «casualmente» Portugal ocupa el primer puesto de esta discutible clasificación.

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