En Big Think han publicado una lista de siete experimentos mentales para investigar la naturaleza de algunas de nuestras nociones, creencias y formas de razonar. Son el tipo de cuestiones que no se pueden comprobar en la realidad, pero sobre las que puede tomar un partido, emitir un juicio o tomar una decisión – con el problema de que muchas veces luego no tomamos esas mismas decisiones o mantenemos esas creencias llegado el momento.
La lista completa de los experimentos está aquí: Seven thought experiments that will make you question everything. Me quedo con los más tecno-científicos: algunos son tan populares como el dilema de Cypher en Matrix y otros son de hace décadas, incluso de la antigüedad.
La máquina de experiencias – Imagina que unos superneurocientíficos han creado una máquina capaz de simular experiencias placenteras para el resto de tu vida. La simulación es ultrarrealista e indistinguible de la realidad. No hay efectos secundarios adversos, e incluso se pueden programar experiencias específicas en la simulación. Además la máquina ofrece más tiempo de disfrute de lo que se podría vivir en varias vidas. Pregunta: ¿Habría alguna razón para no usar la máquina? [Robert Nozick en Anarchy, State, and Utopia].
La habitación de Mary – Mary vive desde que nació en una habitación en blanco y negro, lee libros en blanco y negro y utiliza pantallas que sólo muestran imágenes en blanco y negro. De ese modo va aprendiendo todo lo que se sabe sobre la visión del color en física y biología. Un día, la pantalla de su ordenador se rompe y muestra el color rojo: por primera experimenta el color. Pregunta: ¿Aprende Mary algo nuevo? [Frank Jackson, 1982].
El hombre del pantano – Un hombre sale a pasear y de repente un rayo lo desintegra. Al mismo tiempo, otro rayo cae sobre un pantano y hace que un grupo de moléculas se reordenen espontáneamente al azar, con la suerte de que recomponen exactamente las que formaban a esa persona momentos antes. El «hombre del pantano» es una copia exacta del cerebro, los recuerdos y los patrones de comportamiento del paseante. De hecho sigue su camino, va a trabajar, interactúa con los amigos y es indistinguible del «original». Pregunta: ¿Es el hombre del pantano la misma persona que el paseante desintegrado? [Donald Davidson, 1987].
El artículo plantea algunas de las soluciones que filósofos y científicos han planteado a estas cuestiones, aunque muchas son controvertidas y hay puntos de vista con diferentes argumentos en todos los sentidos imaginables. Que es lo divertido de estos experimentos.
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