Por @Alvy — 4 de diciembre de 2015

{Esto explota y es muy peligroso: niños, no lo intentéis en casa.}

El resultado de inflar en exceso un balón de baloncesto es una explosión superado el punto crítico. Es similar –tanto en el ruido como en los efectos y el peligro– a lo que le puede ocurrir a un neumático inflado mucho más allá de lo recomendado. Estos hackers rusos (CrazyRussianHacker) han hecho la prueba con un inflador a presión eléctrico y un balón convencional y lo enseñan a cámara lenta (momento bonito a partir de 01:20).

Alguna vez he visto que un balón inflado en exceso más allá de lo que marca el fabricante queda un poco… el término no-técnico sería preñado («dado de sí»), como con la barriga hinchada. La presión recomendada (unos 8 psi) está indicada en el propio balón, como en las ruedas de las bicis. Curiosamente el reglamento no obliga a una presión determinada sino que para que cumpla las reglas se deja caer desde 1,80m y debe rebotar entre 120 a 140 cm.

Los accidentes por «exceso de inflado accidental» son poco habituales pero en muchas ocasiones mortíferos: la onda expansiva de la explosión de un neumático de coche o de una rueda de quad, camión, tractor o similar tiene una potencia tremenda, y si pilla a alguien delante puede acabar con su vida en un instante de forma bastante espectacular. Estos accidentes suelen ocurrir la mayor parte de las veces por despistes al dejarse inflando grandes ruedas o bien por defectos de fabricación (las menos).

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