Fue un fin de semana de vacaciones distinto, resumible en:
london heathrow cab pounds marble arch travelcard wembley arena peter gabriel live growing up autobus de dos pisos phantom of the opera alarma de incendios en el hotel a la una de la madrugada kentucky fried chicken oxford circus gap regent street picadilly matrix reloaded trafalgar tower records eurovision westmister london eye alarma de incendios otra vez hoja de reclamaciones underground buckinham palace portobello road angus steak house candem town heathrowNo era la primera vez que iba a Londres, de modo que la parte turística ya me la conocía (aunque no había subido a la meganoria London Eye – interesante). El concierto de Peter Gabriel estuvo pero que muy muy muy bien (9 sobre 10) y El Fantasma de la Ópera tampoco me defraudó. Ver Matrix Reloaded nos costó al cambio 12 euros + 4 de la coca-cola (las palomitas eran 6 euros “tamaño mediano”), pero mereció la pena (y le daría un 8 sobre 10).
La anécdota del viaje fue lo de tener que bajar desde la octava planta del hotel a la una de la madrugada (¡alarma de incendios!) totalmente dormidos, para encontrarnos con un “atasco” de unas cien personas a partir de la tercera planta. La razón: los del Kentucky Fried Chicken habían metido su contenedor de basura en la salida de incendios del hotel (autodenominado “high-tech”, de 870 habitaciones, lleno hasta los topes). Im-pre-sio-nan-te. Menos mal que fue una “falsa alarma” o estaríamos ahora como el pollo del Kentucky. Al día siguiente se repitió la anécdota a la misma hora. Ver por la calle continuamente los periódicos de esos días con titulares gigantescos como “LONDON CITY IN HIGH TERROR ALERT” tampoco ayudaba mucho, la verdad. En fin... United Kingdom Security: zero points.
Me perdí la exposición sobre Star Trek (por sólo tres días, la habían ampliado) pero para compensar me compré en el mercadillo de Camdem Town una camiseta retro.
Actualización (27 de mayo de 2003): Después de enviar un correo a varias personas, entre ellos el Presidente, la Vicepresidenta, y los responsables de Relaciones Corporativas y Marketing de la cadena hotelera en cuestión, nos han pedido amplias y profundas disculpas y aseguran que están investigando a los del Kentucky Fried Chicken de la esquina (según los recepcionistas, propietarios del cubo de basura que bloqueaba la salida de incendios). Y nos han regalado una noche en el mismo hotel para cualquier otro viaje que hagamos a Londres. Mmmm… ahora podría enviar un email a los del Pollo Frito a ver qué dicen ellos… TO BE CONCLUDED… :-)