Esto es casi peor que si la galleta dijera de sí misma que «es falsa».
Si esta galleta de la fortuna afirma que algunas galletas de la fortuna no contienen «fortuna», ¿es cierto? ¿es falso? ¿es una paradoja? En realidad la propia galleta contiene una «fortuna» (entendido esto como «frase de sabiduría, considera correcta») así que lo que afirma el texto sería falso – y paradójicamente circular, al estilo de la paradoja del mentiroso. Pero tal vez al incluir la palabra «algunas» la situación se salva: ella misma sería ser una de las galletas que sí incluyen una «fortuna» que además resulta sabia, profética y correcta: simplemente sucede que algunas otras no incluyen nada de eso. Problema solucionado.
Los bonus: Ni las galletas chinas de la suerte son chinas (se inventaron en San Francisco) ni contienen sabiduría o profecías de culturas milenarias… a menos que alguien quiera llamar así al cambio de milenio transcurrido entre 1909 –que es cuando se comenzaron a regalar tras el postre y– nuestra época.
(Vía The Meta Picture.)