Por @Wicho — 21 de octubre de 2016

Estatua y fotografía de Turing en Bletchley ParkEl matemático inglés Alan Turing es una figura muy importante en la historia de la informática. Suyo es el concepto de la máquina de Turing. Trabajó en el desarrollo del Colossus, uno de los primeros ordenadores de la historia. Diseñó el ACE, uno de los primeros ordenadores modernos. Trabajó en el diseño del SSEM y del Manchester Mark 1, en los que se basó a su vez el diseño del Ferranti Mark 1, el primer ordenador comercial de la historia…

Pero Turing era homosexual, lo que en el Reino Unido de su época era un delito; de hecho siguió siendo delito hasta 1967 en Inglaterra y Gales, en Escocia no dejó de serlo hasta 1980, y en Irlanda del Norte hasta 1982.

Así, tras salir a la luz su condición, fue juzgado y condenado por ello en 1952. Como alternativa a ir a la cárcel Turing aceptó someterse a castración química. Además, después de su condena, su autorización para trabajar en proyectos clasificados le fue retirada.

Turing se suicidó el 7 de junio de 1954, 16 días antes de cumplir 42 años, quizás influido por todo esto.

El 2009 John Graham-Cumming puso en marcha una campaña para que el primer ministro se disculpara formalmente por el proceso llevado a cabo contra Turing.

Esta campaña tuvo éxito y en septiembre de ese mismo año el entonces Primer Ministro Gordon Brown hacía pública esta carta:

2009 ha sido un año de profunda reflexión - una oportunidad para que Gran Bretaña, como nación, conmemore las profundas deudas que tenemos con aquellos que vinieron antes. Una combinación única de aniversarios y hechos que han renovado en nosotros ese sentimiento de orgullo y gratitud que caracteriza la experiencia británica. Antes este año he honrado junto con los presidentes Sarkozy y Obama el servicio y sacrificio de los héroes que tomaron las playas de Normandía hace 65 años. Y justo la semana pasada, conmemoramos los 70 años desde que el gobierno británico declarara su intención de levantarse en armas contra el fascismo y se declarara el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Así que estoy encantado y orgulloso de que, gracias a una coalición de informáticos, historiadores y activistas LGBT, tengamos una oportunidad este año de celebrar otra contribución de la lucha de Gran Bretaña contra la oscuridad de la dictadura; la del rompe códigos Alan Turing.

Turing era un matemático brillante, conocido fundamentalmente por su trabajo para romper los códigos Enigma. No es ninguna exageración decir que, sin su extraordinaria contribución, la historia de la Segunda Guerra Mundial podría haber sido muy diferente. Él era ciertamente una de esas personas de las que podemos decir que su contribución personal ayudó a cambiar el rumbo de la guerra. Por esto la deuda de gratitud que tenemos con él hace aún más horrible que fuera tratado de forma tan inhumana. En 1952 fue condenado por «indecencia grave» - en efecto, fue juzgado por ser gay. Su condena -y tuvo que enfrentarse a la infame elección entre esto o la cárcel- fue la castración química mediante una serie de inyecciones de hormonas femeninas. Se suicidó sólo dos años después.

Miles de personas se han reunido para pedir justicia para Alan Turing y un reconocimiento de la horrible forma en la que fue tratado. Aunque Turing fue procesado según las leyes vigentes en la época y no podemos hacer retroceder el tiempo, el tratamiento que recibió fue por supuesto absolutamente injusto y me satisface tener la oportunidad de decir cuán profundamente apesadumbrado estoy y estamos todos por lo que le ocurrió. Alan y los otros miles de hombres gay que fueron condenados tal y como él lo fue bajo leyes homofóbicas fueron tratados de manera terrible. A lo largo de los años millones más vivieron con el miedo de ser condenados.

Me enorgullece que esos días se hayan acabado y que en los 12 últimos años este gobierno haya hecho tanto para hacer la vida más justa e igual por nuestra comunidad LGBT. Este reconocimiento de Alan como una de las más famosas víctimas británicas de la homofobia es otro paso muy retrasado hacia la igualdad.

Pero aún más que eso, Alan se merece el reconocimiento por sus contribuciones a la humanidad. Para aquellos nacidos después de 1945, en una Europa unida, democrática y en paz, es difícil imaginar que nuestro continente fue una vez el escenario de la hora más oscura de la humanidad. Es difícil creer que aún queden personas vivas que pueden recordar que la gente pudo ser consumida de tal modo por el odio -por el anti-semitismo, por la homofobia, por la xenofobia y otros muchos prejuicios- que las cámaras de gas y los crematorios se convirtieron en parte del paisaje europeo igual que las galerías y universidades y salas de concierto que habían marcado nuestra civilización europea por cientos de años. Es gracias a hombres y mujeres que estaban totalmente dedicados a luchar contra el fascismo, personas como Alan Turing, que los horrores del holocausto y de la guerra total son parte del pasado de Europa y no del presente de Europa.

Así que en nombre del gobierno británico y en el de todos los que vivimos en libertad gracias al trabajo de Alan me siento orgulloso de decir: Lo sentimos, te merecías algo mucho mejor.

La iniciativa de Graham–Cumming tuvo, de hecho, más éxito del que él mismo esperaba, y en 2013 la reina de Inglaterra firmaba el indulto de Turing.

Pero si bien la carta de disculpa de Brown fue generalmente bien recibida el indulto de Turing no lo fue tanto porque, como decíamos en su momento, era injusto porque quedaban fuera esos miles de hombres -y quizás alguna que otra mujer- que también fueron condenados bajo esa ley injusta, hayan contribuido o no al fin de la segunda guerra mundial o al avance de la informática.

Decíamos también que lo verdaderamente genial habría sido que anularan todas estas condenas, y no sólo la de Turing por haber sido quien fue; a fin de cuentas indultar a alguien es seguir pensando que cometió un delito.

Esto, sin embargo, está a punto de ser corregido, al menos parcialmentte.

Según se puede leer en Minister unveils plans to pardon thousands under ‘Turing’s Law’ el ministro de justicia Sam Gyimah ha anunciado una ley, bautizada como la Ley Turing, que extenderá ese indulto a toda aquella persona condenada como Turing y que ya haya fallecido.

Por otra parte aquellas personas condenadas antes de que la homsexualidad dejara de ser un delito que sigan vivas pueden pedir desde 2012 no solo el indulto sino que se elimine cualquier mención a la condena de su historial. Eso sí, antes de obtenerlo la administración de justicia hace una revisión del caso y sólo se concede este «borrado» si se determina que la condena fue por una relación consentida y con una persona mayor de 16 años; si no se cumplen estas condiciones la relación sigue siendo delictiva, pero independientemente de la orientación sexual de las personas involucradas.

Queda mucho por hacer en el mundo en lo que se refiere a normalizar este tipo de asuntos, pero es un pequeñito paso adelante.

(NY Times vía Pepe Cervera).

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