Hace unos días Thomas Pesquet se mostraba extrañado ante estas líneas paralelas de varios kilómetros de longitud que había fotografiado desde la Estación Espacial Internacional mientras pasaban sobre Rusia.
Thomas no tenía ni idea de lo que son, pero la NASA pronto vino a la ayuda: se trata de cortavientos formados por líneas paralelas de árboles plantados muy juntos. Cada una de ellas tiene unos 60 metros de ancho y en total ocupan un ancho de unos 800 metros, con lo que se pueden arar los campos que quedan en medio. Las líneas más delgadas se corresponden a cortavientos que protegen campos individuales
Se empezaron a construir en los 1700, cuando la población rusa comenzó a instalarse en las estepas rusas y sirven para proteger lo que se planta en los campos y para reducir la erosión causada por el viento. También ayudan a reducir la evaporación causada por el viento en ríos, lagos y estanques y evitan que se llenan de arena y sedimentos.