Ayer lo leí en Los chirimbolos publicitarios invaden Madrid (ADN), hoy también en La publicidad que NO necesitamos (Comicpublicidad); hace unos días hice una foto en mi barrio que también envié a la sección de denuncias ciudadanas de 20 Minutos Madrid. Se trata de esos nuevos chismes que han invadido los espacios públicos de la capital: enormes soportes metálicos de hasta cuatro metros de altura, algunos en zonas verdes, que cuando estén funcionando para colmo serán luminosos y cambiarán de anuncio cada 30 segundos. ADN tiene todas las cifras:
Los chirimbolos publicitarios invaden Madrid
890 soportes publicitarios (…) llamados chirimbolos, pantallazos o tirachinas, se presentan en cuatro formatos. Del poste digital de 52 m2 pensado para la M-30, de los que se instalarán 15, a la cartelera mini, con una pantalla de 6,10 m2, con 500 unidades previstas para la capital (…) destaca la contradicción de que hace un año el Ayuntamiento acogotara a las farmacias por sus rótulos y ahora se instalen 500 pantallazos con su venia (…)
Hay quejas por algunos emplazamientos, como el de la plaza del Marqués de Salamanca, que tapa un edificio protegido y dos de nivel singular, o el de la esquina de Velázquez con Juan Bravo, en la que hay tres seguidos (…) La concesión durará 10 años y proporcionará al Ayuntamiento 16 millones de euros anuales (…)
Aparte de los nuevos y viejos chirimbolos, en Madrid hay ya 2.000 luminosos coronando los tejados de los edificios. En cabinas, banderolas, banderines, vallas, marquesinas, medianas, postes, depósitos de reciclaje… En el centro de Madrid se cifran en más de 150.000 los letreros y rótulos publicitarios (…) Los nuevos soportes albergarán 10.000 m2 de publicidad más.
Como recuerda el artículo en tiempos del alcalde Álvarez del Manzano hubo una polémica similar, con los chirimbolos que actualmente llevan años integrados en el paisaje urbano (de forma más o menos afortunada o desafortunada, según se mire).
A mi los nuevos chirimbolos me parecen un despropósito: contaminación visual innecesaria, soportes invasivos, más saturación publicitaria en las vías públicas, ante lo que los ciudadanos no podemos hacer nada.
Actualización: Cosas que hay en la calle, apropiada tira cómica de Mauro Entrialgo de hoy: «Esos sinvergüenzas que destrozan la ciudad de manera egoísta con sus agresiones estéticas…» (¡Gracias por el aviso, xuanxu!)
Por otro nos escribe l3utterfish con una interesante «solución de baja tecnología ante el problema» que puede verse en Tree in front of billboard (Guerrilla Innovation):
Aplicando las técnicas de guerrilla gardening, el artista urbano Helmut Smits, en una iniciativa artística, está plantando árboles delante de los soportes publicitarios. ¿Cómo lo hace? Una vez localizado el soporte, se disfraza de jardinero municipal y a plena luz del día coloca un enorme árbol, impidiendo la visión de la publicidad.
Actualización (2 de noviembre de 2007): El Mundo: Gallardón, forzado a cambiar los «chirimbolos» que estén mal ubicados:
Tras las numerosas quejas de los vecinos, el Ayuntamiento de Madrid cambiará los soportes publicitarios de su competencia, los conocidos popularmente como 'chirimbolos', que estén mal ubicados (…) «Una cosa es estudiarlo sobre el papel y otra ver el impacto», dijo.