Por Nacho Palou — 2 de enero de 2008
En ausencia de la sensatez, sí: la lengua puede quedarse pegada en un metal helado —igual que un dedo en la superficie de un congelador antiguo o en un cubito de hielo.
Will Your Tongue Really Stick to a Frozen Flagpole? — Cuando la lengua toca el asta la humedad de la lengua se condensa en gotitas de agua que se congela entre los diminutos poros e irregularidades de la lengua, uniéndose a la humedad que se congela en el asta, y así quedas pegado.
Recorte parcial del gráfico de Will Your Tongue Really Stick to a Frozen Flagpole?; gráfico de George Frederick / LiveScience.
- La temperatura de la lengua es superior a la del ambiente.
- La lengua toca el asta. El metal helado enfría la lengua. El cuerpo repone el calor perdido en la punta de la lengua.
- El metal disipa el calor más rápidamente de lo que el cuerpo puede reponerlo.
- La humedad de la lengua se congela junto con la del asta, y así te quedas pegado.
- Utiliza agua caliente para liberarte.
(Vía Militantplatypus.)