Como tantas otras personas, anoche aproveché una cena con mi mujer y un viejo amigo para ir a cenar al centro de la ciudad y ver la nueva iluminación nocturna antes de la Boda Real y tirar algunas fotos.
Sencillamente: im-pre-sio-nan-te, entre bonito y hortera («En vez del Palacio de Correos parece el Palacio de Mickey Mouse», dijo mi mujer). Eran las dos de la madrugada y la zona de Gran Vía, Cibeles, Neptuno, Alcalá y Paseo del Padro estaba con el mismo tráfico que en plena hora punta. Y muchísima gente había tenido la misma idea -- los puntitos pequeños en la parte de abajo de la foto son gente en mitad de la calzada. De hecho, no había visto tantas cámaras digitales juntas en mi vida.