Fotografía: Kwabena Labobe, 10 años — Kevin McElvaney, Wired
En Wired, Inside the Hellscape Where Our Computers Go to Die,
Agbogbloshie, un barrio de la ciudad de Accra [en Ghana], es conocido por los lugareños como Sodoma y Gomorra por las infernales condiciones y sus tierras ennegrecidas. Jóvenes de entre 7 y 25 años revuelven en la basura y prenden fuego a los montones de desechos para eliminar el plástico y la goma y extraer los metales, más valiosos. El fotógrafo Kevin McElvaney utiliza el paisaje apocalíptico como telón de fondo para retratar a las personas que tratan de sobrevivir de la electrónica desechada.
Agbogbloshie es considerado el mayor vertedero de electrónica del mundo, con desechos procedentes principalmente de EE UU y Europa: «se cree que este puede ser el lugar más contaminado del continente africano, principalmente por metales tales como plomo, berilio, cadmio o mercurio.»
En un buen día los habitantes de Agbogbloshie pueden sacar 2 o 3 euros.
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En Business Insider, Mountain of electrical waste reaches new peak (Occidente se supera a sí misma en la producción de mierda),
La basura electrónica —principalmente neveras, lavavajillas y otros electrodomésticos— superó el año pasado los 41,8 millones de toneladas, el equivalente a 1,15 millones de camiones pesados, según las Naciones Unidas. Menos de una sexta parte se recicla.
Los países nórdicos ocupan las primeras posiciones en la producción de basura por habitante: Noruega 28,4 kg. Suiza, 26,3 Kg. Islandia, 26,1 Kg. Suecia 24 kg.
África, 1,7 kg de desechos electrónicos por habitante.
El valor total de los desechos —de haberse recuperado y reciclado— habría alcanzado los 48.500 millones de euros, incluyendo las 300 toneladas de oro que contenían.