Cuando el Imperio Romano rulaba en tres continentes existía una compleja red de comunicaciones para el transporte de personas y mercancías: calzadas, ríos, rutas costeras y marítimas. El proyecto Orbis (Modelo de la Red Geoespacial de Mundo Romano) de la Universidad de Stanford plasmó todo esto en una herramienta con mapas y distancias, hace ya una década. En su versión renovada, Orbis es ya todo un Google Maps del Imperio Romano.
El modelo está montado sobre un mapa con todas las ciudades en las coordenadas adecuadas y las rutas calculadas para saber cuánto tiempo (y dinero) requería viajar de un sitio a otro. También se tienen en cuenta las estaciones del año y se puede incluso seleccionar rutas costeras o de mar abierto cuando hay que echarse a la mar. En las carreteras se puede elegir entre viajar en burro, carreta o carruaje, alternar entre ríos de uso civil o militar e incluso decidir si el viaje por mal ha de ser de día o a cualquier hora.
Probé cómo sería en esa época ir en primavera de Cartegena (Cartago Nova) a Antioquía: ni más ni menos que 201 días para recorrer los 5.800 kilómetros; por mar abierto se llegaría en 4 semanas. Hoy en día se puede hacer ese mismo viaje en avión en 7 horas por unos 350 euros.
Otras curiosidades incluidas en el software es que se puede especificar el coste de transportar personas o ciertos materiales (como grano), la velocidad si se va a pie, en caballo, carruaje ligero o pesado, etcétera. Todo lleno de detalles para unas rutas que van desde Londinium a Jerusalén.
(Vía @jessicamdalt.)
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