Leo con cierto asombro que, según un reciente estudio, más del cuarenta por ciento de las clínicas de fertilidad estadounidenses permiten hoy en día a los padres elegir el sexo del futuro niño, La noticia completa está en What's Next In Health.
(Nota: no estoy seguro del grado de fiabilidad de esa noticia porque no me he parado a investigarla mucho, pero suena fiable. Tampoco sé lo que dicen al respecto las legislaciones de Estados Unidos o de otros países. Actualización: Taly me avisa de que también lo han publicado en New Scientist Over 40% of fertility clinics in the US are allowing couples to choose the sex of their child, a new survey suggests).
Al parecer lo que hacen las clínicas es aprovechar la realización de pruebas genéticas en los embriones sobre posibles futuras enfermedades mortales (y no mortales, como propensión al Alzheimer, Huntington o ciertos cánceres) para de paso realizar la selección del sexo que prefieren los padres. Tras esas comprobaciones se eligen algunos embriones, que se implantan, otros se descartan y otros se congelan. Procedimientos habituales.
Esto me recordó a una de mis películas favoritas, la futurista Gattaca. Una pareja se enfrenta al dilema de realizar ese tipo de selección artificial pero con mucho más factores, incluyendo color de ojos, color de pelo, etc. Es algo completamente normal, permitido y prácticamente recomendable en ese futuro. En Gattaca, los que no están genéticamente perfeccionados son prácticamente tarados.