Por @Alvy — 1 de diciembre de 2002

Estoy pasando unos días en París: no hace muy buen tiempo pero he visitado algunos sitios interesantes.

Sin embargo, lo más llamativo de la ciudad es lo increíblemente caro que resulta comer aquí. No creo que sea por no haber elegido los sitios adecuados, pero hemos llegado a pagar 23 euros por persona por un desayuno en el hotel y (¡para alucinar!) ocho euros por una coca-cola en un bar. No es que hayamos elegido la mejor bar del mundo de la zona antigua con servicio especial y aparcachoches - era un bar muy normalito a varias calles de distancia de Notre-Dame, nada del otro mundo (¡lo juro!). Cada vez que entramos a comer, cenar o tomar un café nos partimos de la risa pensando en lo que nos van a cobrar... Ah, ¡París!

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