Jordan Liles vive en Nueva York y es un gran amante de su ciudad, especialmente a las fotos y películas antiguas y de lo que llama «la historia abandonada». En este tranquilo vídeo explica cómo consiguió poner fecha a tres viejas fotografías que alguien puso a la venta en eBay a partir de pequeñas pero sutiles pistas en las imágenes. Liles es autor del documental The Sidewalks of New York y en su canal de YouTube hay mucho más material al respecto.
Lo que hizo con las tres fotografías fue comenzar escaneándolas a alta resolución y dando por hecho que fueron tomadas por la misma persona y eran del mismo carrete. Llegó a esta conclusión porque tenían escritos los nombres de los lugares a mano (misma caligrafía) y porque son lugares que además no distaban mucho unos de otros (cerca del puente de Brooklyn), además de que se vendían juntas. Esto ya indicaba que probablemente serían de algún turista visitando la ciudad: sería raro escribir los nombres de los lugares más conocidos de tu ciudad a tus propias fotos.
Recomiendo verlo al completo, pues es una especie de investigación detectivesca con lógica de Sherlock Holmes, en la que se van desgranando paso a paso las pistas:
- Hay nieve y aguanieve, lo cual indica que era invierno, pero en un momento determinado, lo cual se puede comparar con registros meteorológicos.
- Árboles sin hojas, que están en el suelo, señal (junto con la nieve) de que probablemente es otoño-invierno.
- Carteles publicitarios de eventos, que pueden cotejarse con los periódicos de la época para comprobar cuándo tuvieron lugar.
- La presencia de algunos edificios, de los que se puede saber con precisión cuándo se construyeron.
- Letreros de tiendas y empresas, que se pueden cotejar con las direcciones en las que tenían las sedes en distintas épocas.
- Rascacielos en construcción, una pista definitiva para afinar las fechas, incluso por la altura y número de plantas construidas.
- Los ángulos de las sombras, que permiten determinar las horas del día en que fueron tomadas las fotografías.
- La ropa que lleva la gente, que es de abrigo (señal de frío = otoño-invierno).
Con todas estas pistas, localizando los puntos en que fueron tomadas con exactitud y con la ayuda de Google para completar algunas de las palabras que se ven en las fotos (que corresponden a eventos y carteles de empresas) pudo estimar la fecha entre 1890 y 1910, hace más de un siglo.
Armado de paciencia pudo confirmar la fecha de construcción de algunos edificios para afinar esa fecha entre 1897 y 1906 y luego entre 1900 y 1906. Finalmente los carteles de unos espectáculos y el estado de construcción de uno de los rascacielos lejanos apuntaban hacia 1904-1905.
Luego el registro meteorológico de la época –hay muchos online para todas las grandes ciudades del mundo– le indicó que la primera aguanieve del año empezó en la ciudad a partir del 13 de noviembre de 1904, y al día siguiente, el 14, había una sesión de uno de los espectáculos.
Con todas estas «pruebas», aunque imposibles de confirmar al cien por cien, puede afirmar que con bastante seguridad que las tres fotos las tomó alguien que quizá estaba de visita en Nueva York la mañana del 13, 14 o 15 de noviembre de 1904. Otro pedacito de historia recuperado.
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