Ahora mi madre me obliga a publicar esto. (Bueno, es broma: no me obliga pero me lo ha mandado para que lo comente porque está realmente indignada. Vaya, hoy parece un poco un día de furia a lo familiar ;-):
Hoy ya hemos recibido en lo que va de día cuatro llamadas telefónicas de empresas (no me preguntes ni el nombre) de esas que muy amablemente comienzan: «Buenas tardes, querría hablar con doña Fulana de Tal.» «Buenas tardes, señora, mi nombre es tal y tal...» o «Buenas tardes, ¿es usted doña Fulana de tal?» «Buenas tardes, señora, le llamo a usted de...» Resulta verdaderamente molesto porque, además, suelen llamar en la hora generalmente de la comida o de la siesta. O como la última, que me ha pillado en la ducha y hasta me he tenido que salir porque estaba pensando que podía ser una llamada urgente que esperaba. Aguantaré algunas nuevas llamadas para decirte las empresas que son o preguntarte si las conoces, que supongo que sí.Pues la verdad es que deben ser las típicas empresas que llaman para venderte algo, generalmente haciéndose pasar por Telefónica (mentira por lo general, son filiales o comerciales subcontratados), a veces otras empresas, que a saber de dónde han sacado tus datos personales. Seguramente se los vendió otra empresa a la que alguna vez compraste algo, o de la misma guía telefónica (esta es la típica excusa cuando indagas). Cuando les preguntas para quejarte a veces te cuelgan y no puedes hacer mucho.
En la oficina recibimos unas dos o tres de estas cada día, algunas semanas incluso más, otras ninguna. Va como por rachas, como si circularan listados nuevos o rastrearan barrios algo así. Suelen ser para venderte ADSL. «Ya, pero es que aquí ya tenemos ADSL, algo que si usted realmente trabajara en Telefónica ya sabría». Nacho y yo jugamos a ver quién es capaz de colgar antes sin ser maleducado: uno descuelga y el otro cronometra, nos turnamos al responder cuando suena. Mi truco es esa gran frase «Gracias pero ahora mismo no me interesa, CLONKKKK!!!» en plan rápido (~15 segundos está el récord) lo cual te permite no ser del todo borde (al fin y al cabo el del otro lado es un pobre ser humano explotado y malpagado). Pero tienes que hacerlo rápido en cuanto toman una pausa para respirar.
La verdad es que el acoso publicitario es insufrible.
Pero creo que peor es que estemos tan aborregados que nos parezca algo normal e inevitable, como tener el buzón de correo (el real) lleno de folletos. Agggggg.
Bueno, si alguien conoce consejos prácticos seguro que mi madre se los agradece.
Actualización: Un lector nos recuerda que en España existe el denominado Servicio Listas Robinson para evitar recibir publicidad no deseada. Pero la verdad es que desconozco su efectividad y a simple vista parece poca. Ni siquiera tiene pinta de haber sido muy popular, ni que haya sido una gran iniciativa. Parece sólo para el correo papel. Surgió hace años ya (1992) y muchos lo habíamos hasta olvidado.