Por @Wicho — 10 de agosto de 2020

Algunos pantallazos de Radar Covid para iOS
Pantallazos de Radar Covid para iOS

Desde hace un par de días está disponible para su descarga la primera versión de Radar Covid para iOS. Y desde hace un rato también la versión para Android. Radar Covid es la aplicación oficial en España para el rastreo de contactos por la pandemia de COVID-19.

Es necesario iOS 13.5 para usarla porque es la versión que integra las herramientas necesarias para que la aplicación funcione. Esto quiere decir que se puede instalar en todos los iPhone del 6S (un modelo de 2015) en adelante. Si nos fiamos de los datos de StatCounter hay ya como un 65% de iPhones activos con iOS 13.5 o superior. Y aproximadamente otro 11% con versiones anteriores de iOS 13 que se podrían actualizar. Bajo iOS Radar Covid sólo pide permiso para utilizar Bluetooth y para mostrar notificaciones.

En Android la app funciona mediante Google Play Services, así que no hay que actualizar el sistema operativo del móvil sino la app Google Play. Necesita, de todos modos, Android 6 o superior, que también es una versión de 2015. igual que en el caso de iOS es la versión mínima que incorpora las herramientas necesarias para que las apps de rastreo de contactos puedan funcionar. De nuevo, según StatCounter, eso supondría alrededor del 95% de los dispositivos Android. Hay que dar permisos para usar Bluetooth y en algunas versiones de Android también la ubicación –aunque la app no vaya a usarla– porque en ellas no se puede activar Bluetooth LE sin activar la localización. Si lo pide, también hay que darle permiso para que la aplicación esté siempre activa en segundo plano.

Terminales aptos para COVID–19 en España
En España hay unos 47 millones de terminales aptos para COVID–19, el 87% del total, aproximadamente. Se les pueden añadir aquellos iPhones susceptibles de ser actualizados a iOS 13.5 (iPhone 6s y superiores), en especial los que tienen ya tienen instalada una versión de iOS 13 anterior.

Estas primeras versiones tienen dos carencias claras: la principal es que no son accesibles para personas con discapacidad visual. Y eso es especialmente grave porque estas personas se ven obligadas a usar el tacto continuamente, así que están muy desprotegidas en esta pandemia. Pero es algo que la Secretaría de Estado para la Digitalización y la Inteligencia Artificial se ha comprometido a arreglar. La otra es que sólo están disponibles en español e inglés y no en ninguna de las lenguas co-oficiales.

Una vez instalada la aplicación en cualquiera de las dos plataformas y otorgados los permisos pertinentes ya no hay que hacer nada más; la aplicación se encarga de todo de forma automática.

Dar permiso para usar Bluetooth es imprescindible porque la app usa Bluetooth LE para detectar otros dispositivos e intercambiar con ellos unas claves aleatorias que conserva hasta 14 días. El intercambio de claves se produce si los dos dispositivos –y se supone que quienes los llevan– pasan más de 15 minutos a menos de dos metros. Esas claves son anónimas y no guardan ningún tipo de información personal ni de localización. Son además, almacenadas en el móvil y no se envían a ningún sitio a menos que el usuario notifique un positivo en COVID.

Sólo en ese caso, e insistimos en que es algo que se hace de forma voluntaria –lo que es, probablemente, el mayor problema de Radar Covid en aras de defender nuestra privacidad– la app envía a un servidor el aviso de ese positivo.

Así la próxima vez que otros dispositivos que hayan intercambiado claves con ese dispositivo «infectado» pregunten al servidor por los positivos notificados verán que una de las claves que tienen registradas ha dado positivo, con lo que mostrarán una notificación a la persona que lo usa, que tendrá que obrar en consecuencia. Pero quien reciba el aviso no sabrá en ningún momento quién ha dado positivo. Y la persona que haya comunicado un positivo tampoco sabrá a quién puede haber contagiado.

Por si quieres informarte más sobre esto las dos versiones de la app usan DP–3T (Decentralized Privacy-Preserving Proximity Tracing), el sistema de seguimiento de contactos desarrollado por el equipo liderado por Carmela Troncoso en el que prima el respeto a la privacidad.

En cualquier caso el compromiso del Gobierno es que el código de la aplicación será liberado en cuanto entre en funcionamiento, así que las personas que saben de esto podrán auditarlo para comprobar que efectivamente no hace cosas que no debe. Estaremos pendientes de esa auditoría.

Y aquí viene el gran WTF de lo de la entrada en servicio de la aplicación, que no se espera hasta mediados de septiembre*. Esto es así porque las Comunidades Autónomas, que tienen transferidas las competencias en cuanto a sanidad, aún no están listas. Lo que se necesita es que tengan definido el procedimiento mediante el que se le da a una persona que ha dado positivo el código alfanumérico que ha de introducir en la aplicación. Y que definan los teléfonos de contacto a los que la app le dirá a esta persona que tiene que llamar:

Pero como es posible que algunas CCAA adelanten la entrada en servicio de la app no es mala idea irla instalando. Así irá recopilando datos sobre nuestros contactos, tanto aquellos de los que nos damos cuenta y conocemos como de los que no –pensad, por ejemplo, en caso de que uséis el transporte público–. De esta manera ya habrá un conjunto de datos con los que trabajar cuando al fin las CCAA digan que «ya».

Recordad que para que aplicaciones de este tipo sean verdaderamente útiles es necesario que las instalen cuantas más personas mejor. Así que nuestro consejo, a expensas de que una auditoria del código pueda decir lo contrario más adelante, es irla instalando e intentar convencer a tantas personas como podamos de que lo hagan. A fin de cuentas cosas mucho peores hemos instalado ya en el móvil.

Su uso tampoco es la panacea, aunque hay datos que indican que en caso de que se la instalara un 20% de la población el número de contagios podría bajar en un 30% y de ahí para arriba. Pero es una herramienta más y habrá que integrar sus datos con los de las demás para aprovecharla al 100%.

*Sí, es muy WTF que las CCAA no hayan ido haciendo ese trabajo mientras se hacía la prueba piloto de la app en La Gomera. O que si lo han estado haciendo vaya todo tan lento que no se espera que lo tengan todo listo hasta mediados de septiembre. Pero en esta anotación no queremos entrar en esto.

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