Neil Halloran se dedica a los documentales y en su último trabajo con la gente de los Premios Nobel se incluye esta peliculita con una visualización muy espectacular y detallada de los efectos de detonación nuclear sobre una gran ciudad. La animación es de gran calidad, con bonitos efectos físicos en un escenario límpido y además de eso los datos y estimación que aporta también están muy bien.
En la simulación se utiliza una ciudad de 4 millones de habitantes (podríamos imaginar Madrid o Barcelona, con una población similar) sobre la que se hace explotar un arma nuclear de 800 kilotones a 500 metros de altura. Eso sería una bomba nuclear «relativamente grande» (para los arsenales de hoy en día) unas 100 veces más poderosa que la que se detonó sobre Hiroshima.
Entre los efectos más directos estarían:
- En un radio de 800 metros todo se vaporiza, a una temperatura mayor que la del Sol.
- En un radio de 2 km todos los edificios quedan destruidos; nadie sobrevive allí.
- El calor y la radiación se extienden hasta 11 km de distancia, produciendo quemaduras de tercer grado (a menos que se esté protegido en edificios o búnkeres). Más o menos muere la mitad de la gente.
- Durante los días y semanas siguientes la lluvia radiactiva se extiende por la zona dependiendo del viento y otros factores; muere más gente por ello aunque es muy difícil de calcular.
En cuanto a cifras estaríamos hablando de 120.000 personas en el zona cero de la detonación; 500.000 hasta los 11 km y probablemente incluso más que esas cifras combinadas (quizá hasta un millón) por los efectos, así que entre uno y dos millones: casi la mitad de la población, en cifras redondas. Comparativamente, en Hiroshima se calcula que hubo entre 70 y 150.000 muertes (en una población de 345.000) debidas a la explosión de Little Boy, la bomba atómica detonada en el primer ataque de los Estados Unidos contra Japón.
El minidocumento visual termina con algunas explicaciones sobre los tratados de no proliferación de armas nucleares, el efecto que tiene entre la población saber si hay (o no) amenaza de ataques y cómo todo eso afecta a la percepción de «seguridad» a nivel mundial. También se menciona el poderío de las armas nucleares hipersónicas que al viajar a mach 5 apenas dejan margen de detección a los países que reciben los ataques, a diferencia de los misiles termonucleares que hacen un vuelo relativamente «lento» que es detectado por el radar con cierta antelación.
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