En Soitu publicaron una explicación bastante completa de lo que por otro lado aparenta ser un fraude tan obvio como escandaloso y que debería ser suficiente para prohibir la emisión de todos esos programas-concurso fraudulentos:
El «teletimo» de los programas de medianoche – Los programas de call-tv proliferan en las parrillas de las cadenas generalistas. Las asociaciones de consumidores aseguran no poder demostrar que son un fraude (…) Para muchos de los espectadores, la explicación [de cómo todo el mundo falla las sencillas preguntas que aparecen en pantalla] está clara: los programas tienen truco. El presentador de uno de estos espacios nos cuenta cómo «de las diez llamadas a las que doy paso en cada programa (de una hora de duración) generalmente sólo dos son reales». ¿Y qué pasa con el resto? «Son gente de la redacción, los propios compañeros» (…)
Una de las curiosidades de uno de los casos más famosos (Telesierra, que fue denunciada por fraude de unos 5 millones de euros en 2005) es bastante impactante tanto por el morro que le echaban como por lo estúpido que es ser «cazado» así:
En el caso de Telesierra, se pudo demostrar que se trataba de un fraude porque un mismo programa se emitía en diferido a distintas horas en distintos canales.
A todo esto, si uno «zapea» las decenas de canales de la TDT por la noche, es fácil ver que un inmenso número están dedicados a estos «teletimos», algunos se diría que incluso se estuvieran emitiendo todo el día. Otro generoso porcentaje de canales emiten «teletiendas» que intentan profundizar aun más en el tópico. ¡Ah, Televisión Digital Terrestre, bienvenidos al Siglo XXI! ¡Se suponía que esto era el futuro! Y en realidad está resultando ser caldo de cultivo para más de lo mismo (en este caso de lo peor) de la tele tradicional.