Por Nacho Palou — 1 de junio de 2007

Winkelturme

En algunas ciudades alemanas como Wünsdorf o Gießen es posible encontrarse algunas de las peculiares estructuras conocidas como Torres Winkel o Winkeltürme que se construyeron en el país durante la Segunda Guerra Mundial. Su función era la de servir como refugio contra bombardeos aéreos (pudiendo dar cobijo hasta a quinientas personas) y en menor medida contra artillería pesada.

Diseñadas y patentadas por Leo Winkel (de quien toma su nombre) a principios de 1930 sin embargo ideas similares ya habían sido expuestas por otros inventores una década atrás incluso con el mismo propósito militar. Los primeros diseños contemplaban también posibles usos de las torres en tiempos de paz como almacenes o depósitos de agua.

El peculiar aspecto fálico de tales torres tenía un fin muy concreto en la protección contra bombas. La idea era que la forma cónica rechazara el proyectil en caída libre (como bombas arrojadas desde aviones) y las hiciera caer en suelo al pie de la torre, donde el mayor grosor de la estructura resistiría en mayor medida la explosión. En cualquier caso, su forma alta y esbelta las hacía ser difícilmente distinguibles visualmente desde el aire y era aún más difícil (sino virtualmente imposible) hacer de ellas un blanco intencionado.

Winkelturme
Torre Wikel tipo IIc con el peculiar saliente “Krempe”.
Foto de LostPlaces.de.

La mayoría de estas torres se construían cerca de fábricas y zonas industriales para protección de los trabajadors. Por ejemplo, la torre cercana a los talleres ferroviarios en Darmstadt tenía 32 metros de altura, quince plantas y especio para 530 personas y el grosor del hormigón de la parte inferior alcanzaba los tres metros. Sin embargo el tamaño habitual era un poco menor, con 20 o 25 metros de alturas, entre ocho y diez metros de diámetro y muros que variaban su grosor desde algo menos de un metro hasta dos metros como medida máxima común.

Aunque la mayoría de estas torres fueron derribadas por las tropas soviéticas al terminar la guerra, hoy en día se conservan algunas de ellas en ruinas o derribadas, yaciendo sobre el suelo, y unas pocas aún es posible verlas en pie en buen estado.

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Torre antiaérea
Torre antiaérea tipo G tal y como se conserva en la actualidad en Wilhelmsburg. Foto por Seebeer.

Además de las menos populares pero curiosas torres Winkel la Alemania nazi contaba con un gran número de torres-búnker antiaéreos utilizadas por la Luftwaffe, la fuerza aérea alemana, para contrarrestar los ataques aéreos sobre localizaciones claves. Estas otras torres más convencionales, llamadas Flaktürme (torres de fuego antiaéreo, en inglés Flak tower) además de contar con armamento servían también como refugios para decenas e incluso cientos de personas gracias a su construcción de hormigón armado y muros de hasta 3,5 metros de ancho, aún más solidas que las, a su lado, “ligeras” torres Winkel. Se consideraban indestructibles, no tanto por su magnífica construcción, que difícilmente habría soportado impactos directos de bombas aliadas del calibre de la Grand Slam que se utilizaban para destruir construcciones aún más densas, sino principalmente porque los bombarderos evitaban aproximarse a estas torres precisamente por el armamento antiaéreo que albergaban y que las hacía extremadamente peligrosas para las aeronaves.

(Vía A Thrilling Wonder Republication.)

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