Por @Alvy — 23 de agosto de 2018

Resistir una explosión a corta distancia –en caso de que la cosa vaya mal– no es trivial, de modo que los trajes que llevan quienes se dedican a desactivar bombas son ultra resistentes. Los 30 kilos que pesan son una mezcla de materiales interesantes y resistentes pero a la vez suficientemente flexibles como para poder manipular una bomba con cierta destreza.

Como explican en Science Channel el material principal es el Kevlar, que es algo así como el vibranio de Wakanda y el escudo del Capitán América, pero en el MundoReal™. Es un polímero artificial cuya estructura es superresistente a la par que flexible al estar formado por finas fibras, de ahí que sea ideal para estos menesteres. También se utiliza Nomex en la capa externa, que es resistente al calor y las llamas. Así si el traje se quema al menos se cuenta con el doble de tiempo para sofocar el fuego. Además de eso, una enorme placa frontal a modo de «armadura» protege de lo más duro, pero permitiendo movimientos y mantener el equilibrio – que no es fácil.

Otra curiosidad interesante –tendré que fijarme en la próxima peli– es que los especialistas casi nunca llevan guantes. La destreza de los dedos es más importante que… los dedos en sí: cuando más habilidad tengan para desactivar la bomba menos probable es que explote con un desastroso final. Entiendo que lo tendrán estudiadísimo, claro, pero no deja de resultar un tanto espeluznante.

El resultado es que uno de estos trajes puede resistir una explosión de 5 kilos de explosivo plástico C4 a 3 metros de distancia.

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