Por @Wicho — 5 de septiembre de 2007

De vez en cuando, sólo muy de vez en cuando, los políticos me sorprenden positivamente con algo que dicen o hacen, y hoy lo han hecho al aprobar por mayoría una resolución en el Parlamento Europeo que insta a que se revise urgentemente y se derogue el reglamento que restringe el líquido que los pasajeros pueden llevar en su equipaje de mano a menos que se presenten nuevos hechos concluyentes: La Eurocámara pide el fin de las restricciones de líquidos.

La resolución dice también que esta medida causa «considerables molestias e inconvenientes» y un «perjuicio económico para los pasajeros de la aviación civil por la confiscación de efectos personales», así como un «mayor coste para los aeropuertos y operadores» y que no parece que su efectividad lo justifique; de hecho la resolución califica estas medidas de seguridad como «desproporcionadas».

No se lo que pasará ni si el reglamento en cuestión llegará a ser derogado, pero desde luego a tenor de lo que dice el artículo Aeropuertos y legislación secreta de Ignasi Guardans publicado originalmente en El Pediódico de Catalunya y que reproducía hace unos días Nacho Escolar en su blog parece difícil que nadie pueda presentar esos nuevos hechos concluyentes que pide la Eurocámara.

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