Por @Alvy — 21 de enero de 2013

Se diría que las dash cams o cámaras de salpicadero son un dispositivo incorporado en todos los coches rusos, a juzgar por la cantidad de vídeos de accidentes que inundan YouTube. Sin embargo, por nuestras latitudes no es tan corriente ver que la gente lleve una cámara grabando continuamente en su coche. ¿Hay alguna razón por la que estas mini-cámaras sean tan populares en Rusia?

La respuesta es , y el título de este artículo de Animal New York lo explica de forma clara y meridiana: Las cámaras de salpicadero son en Rusia la última esperanza de la civilización y la supervivencia en la carretera. En efecto: allí conducir es una actividad peligrosa y grabar lo que sucede es la única forma de contar con cierta protección legal en caso de que se celebre un hipotético juicio respecto a lo sucedido.

Se suponía que Mad Max 2 transcurría en Australia, y que en el siglo XXI habría cierta humanidad en cuanto al tráfico rodado, pero por lo que cuentan en varios sitios Rusia y las repúblicas de la antigua Unión Soviética son casi peores que el salvaje Oeste en lo que al tráfico se refiere:

En Rusia todo el mundo debería llevar una cámara en su salpicadero (...) Las condiciones de las carreteras son peligrosas, con cruces salvajes y zonas alejadas de la civilización donde impera la «ley de la selva» (...) En las carreteras rusas abundan los psicópatas y es mejor no cabrearlos o hacer maniobras bruscas cerca de ellos.

La gente no suele pagar más que el seguro obligatorio. En las colisiones puede haber peleas y lesiones, y acabar todo en un juicio. La grabación de una cámara es la única forma real de que un testimonio tenga validez realmente ante los tribunales rusos. Olvídate de los testigos. Las compañías de seguros rusas son expertas en negarse a pagar a menos que haya pruebas contundentes sobre lo sucedido (...)

Algunas veces hay accidentes provocados para que la gente pague dinero en efectivo para reparar los daños, en ocasiones intimidados por una turba compinchada con los asaltantes. Para colmo, la policía que patrulla algunas carreteras es conocida por su brutalidad, por extorsionar a los conductores y aceptar sobornos (...)

En ese tipo de vídeos suele haber de todo: desde accidentes y anécdotas divertidas a auténticas catástrofes - incluso con víctimas. También hay situaciones raras, peleas y muchos, muchos fakes. Generalmente no se sabe cómo terminan las historias. Tampoco dónde ni cuándo sucedieron, a menos que haya un indicador con la fecha. Y sí, lo hemos visto todos: algunas acaban en los telediarios como «noticias».

Ahí van mis tres ejemplos favoritos de esas cosas extrañas grabadas gracias a las famosas cámaras:

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