Por @Alvy — 12 de Julio de 2011

Dibujo de Iker, 6 años

Hay en marcha una Campaña de concienciación sobre el autismo sin mitos ni usos peyorativos con diversas acciones en marcha, incluyendo el grupo de Facebook Acciones contra los mitos del autismo. Esto es debido a que

cada vez se utiliza  con más frecuencia el término «autismo» asociado a connotaciones negativas porque se parte de mitos e informaciones falsas como: las personas con autismo no pueden interactuar o comunicarse; las personas con autismo viven en su mundo; las personas con autismo son incapaces de sentir, etc.

Es decir, leemos  en los medios de comunicación «gobierno autista» o «fulanito es autista» cuando quieren expresar que ese gobierno o esa persona no cumple con su trabajo, no escucha, no se entera de la realidad, no muestra empatía con los problemas, es incapaz de ofrecer soluciones, etc. Generalmente es por desconocimiento, moda, inercia social o por la definición que hay del autismo en los diccionarios más que por mala intención, pero ya es el momento de que con información y respeto les hagamos ver que están equivocados con ese uso metafórico y que el uso del término «autismo» de forma peyorativa causa un daño innecesario.

Según el Instituto de Salud Carlos III, uno de cada 150 niños presenta algún trastorno dentro del espectro y hay más de 200.000 afectados en España; unos 67 millones en todo el mundo. Tanto los familiares como los profesionales que conviven con niños y adultos autistas luchan a diario por evitar que se use el término de forma que pueda resultar denigrante.

Esta acción parece hoy en día algo recomendable y que puede resultar tan positiva como cuando hace ya décadas se desterró el término subnormal del diccionario de insultos y hoy en día sólo un necio osaría emplearlo.

El cerebro de este tipo de personas simplemente está cableado de otra forma: en raras ocasiones incluso sucede que esa circunstancia les proporciona una especie de superpoder que nos permite identificarlos con genios o «personas extraordinarias», capaces de proezas que se nos escapan al resto de la humanidad. Todos somos somos diferentes pero todos somos iguales, es uno de los lemas que puede aplicarse tanto aquí como en cualquier otra circunstancia de la vida.

Recomiendo revisitar Mi Hermanito de la Luna: un cortometraje cien por cien entrañable en el que el que una niña de cinco años cuenta como es convivir con su hermanito autista.

Dibujo: Todos somos distintos de Íker, 6 años

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