Este curioso montaje medio artístico, medio tecnológico es obra de un artista llamado Max Siedentopf y consiste en seis altavoces y un reproductor MP3 instalados en algún lugar del desierto de Namibia en África, que hacen sonar en un bucle infinito la canción África del grupo de rock ochentero Toto. Seguro que la habrás oído mil veces, pero en YouTube está el videoclip completo por si quieres volver a oírla.
La obra artística está alimentada por una batería solar, de modo que «pueda sonar para siempre». Algo altamente improbable diría yo, porque a pesar de que su ubicación exacta es «secreta» y quizá nadie la encuentre, robe y/o vandalice, raro sería que debido a las inclemencias del tiempo el montaje resista los vientos, las temperaturas y la arena del lugar. Pero oye, quién sabe.
Lo mejor del asunto es claramente la autorreferencia de África sonando en África, por supuesto. El montaje también tiene el toque filosófico de algo que suena aunque nadie lo oiga (¿realmente existe?) a lo que se suma el detalle de lo entrañable de la música dedicada con cariño a objetos inanimados, un poco al estilo de lo que le sucede al rover Curiosity cada vez que cumple años. Puro arte, vamos.
(Vía Know Your Meme + The Guardian.)