Por @Alvy — 17 de octubre de 2014

En cierto rebuscado modo, esta canción se escribe a sí misma – o casi. Comenzando por la sugerencia del autocorrector (the) se van eligiendo palabras tras palabra hasta que más o menos tengan sentido. Unas palabras sugieren otras, y así hasta el infinito y más allá.

Jonathan Mann debió pasarse un buen rato hasta conseguir la toma correcta para luego cantarla con ritmo y gracia, sobre todo teniendo en cuenta que rimar, rima poco, pero la pieza final es bastante resultona.

Es música con base tecnológica, algoritmos y un poco de inteligencia artificial: me recordó ese meme sobre la diferencia entre la música de hoy en día y la de los 80 que circula por ahí…

Beyonce-Vs-Bohemian

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