El pasado miércoles 9 de febrero se celebró la puesta de largo de MusicStrands bajo el título Exploración y Descubrimiento de Música: Oportunidades en la era de la Música digital. El lugar elegido fue el aula del IIAA-CSIC, en el campus de la Universitat Autonòma de Barcelona en Bellaterra, donde MusicStrands tiene una de sus oficinas. El IIAA-CSIC cuenta con un área de spin-offs donde algunas jóvenes empresas relacionadas con las actividades del centro se «incuban» en un ambiente académico bastante agradable (y envidiable, sobre todo para los que ya no tenemos veinte años).
En la Mesa Redonda teníamos media hora para los cinco, y este fue el programa:
- Profesor Ramón López de Mántaras, Música Digital e Inteligencia Artificial
- Profesor Thomas Dietterich (Chief Scientist de MusicStrands), Aprendizaje y Música Digital
- Carlos Goñi (vocalista de Revólver), La Posición del Artista en el Mercado de la Música Digital
- álvaro Ibáñez (servidor microsiervo, Stretegic Advisor de MusicStrands y CEO de Internality), Sofware Social, Redes Sociales y Música Digital
- Javier Etxebeste (consejero asesor de MusicStrands, ex Director Genral de Yahoo!), La música Digital y el Consumidor
Estas son algunas de las cosillas que comenté allí, resumidas así en plan rápido:
- El software social no es nada nuevo, pero hoy en día son herramientas suficientemente potentes y la gente tiene suficiente capacidad tecnológica (ancho de banda, cámaras digitales, móbiles superpotentes, Bluetooth, Wi-Fi, iPods, etc.) como para que sean algo realmente poderosos. Si en los 90s el chat y los foros era lo único que se podía considerar «social» (o «comunidad» como le llamábamos) hoy en día las características sociales se puedan aplicar a prácticamente cualquier servicio o aplicación Web con gran facilidad y los resultados son brutales. Flickr recibe 60.000 fotos cada dia, por ejemplo.
- El software social crece de forma caótica pero funciona. Repetí algo que leí por ahí hace poco: el mercado siempre subestima las ganas de compartir de la gente. Si alguien hubiera pedido al mejor grupo de ingenieros del mundo a principios de los 90s construir una red de hipertexto en la que de forma organizada y coordinada y en pocos años hicieran que millones de personas de todos los países del mundo escribieran sus páginas personales, diarios, donde se volcaran bibliotecas completas, universidades, catálogos de empresas, tiendas, publicidad y cientos de contenidos y servicios más, lo hubieran considerado sencillamente imposible de organizar — ni con todo el dinero del mundo a su disposición. Pero un solo ingeniero inventó la WWW, la gente compartió (por afición, interés cultural o económico) y el resto se hizo solo. Hoy hay 8.000 millones de páginas en esa Red.
- Un montón de funciones comunes en el software social como las Listas de Amigos, sindicación RSS, los tags (etiquetas), etc. serán en el futuro características tan imprescindibles como en los 90 era poder escribir en diversos tipos de letra.
- Sobre los efectos de mercado, la «relatividad» de los precios y las «largas colas» que se comentaron en la mesa, apunté el dato que oí en uno de los últimos programas de The Gillmor Gang, donde afirmaron que tres de cada cuatro productos que vende Amazon sencillamente no pueden comprarse en ninguna tienda física: no están allí, punto. A diferencia de las tiendas online como iTunes Store donde puedes comprar millones de canciones, incluso las más extrañas y obscuras versiones, en el mundo físico el tamaño sí que importa y la imposibilidad de almacenar cajas hace que sólo se venda... lo más popular. Punto para las tiendas de bits.