Domenico Vicinanza, uno de los empleados de Géant, la red de ordenadores que conecta las redes europeas de investigación y educación, es doctor en física y músico.
Así que armado con datos de los contadores de protones de la Voyager 1 y de la Voyager 2 cogidos de hora en hora, sincronizados en el tiempo para que se correspondan, aunque ambas naves siguen rutas distintas dentro del sistema solar, convirtió 320.000 medidas tomadas a lo largo de 37 años en música.
Para ello asignó los números más bajos a tonos más bajos y los más altos a tonos mas altos, asignándolos luego a diferentes grupos de instrumentos y texturas para diferenciar los datos de una nave de los de otra, tal y como se puede leer en The sound of space discovery.
El resultado, esta preciosa pieza que demuestra, una vez más, que la sensibilidad artística no está reñida con «ser de ciencias».
Se pueden descargar los archivos de audio y la presentación de Domenico cuando hizo público este proyecto de Google Drive.
(Vía Borja Tosar).