Por Nacho Palou — 5 de enero de 2010

La batalla iniciada en octubre pasado por Nokia contra Apple cada vez huele peor. La última bomba fétida lanzada por Nokia es, según Engadget, una solicitud al ITC para que prohiba a Apple importar sus productos móviles (iPhone, iPod y MacBook) en Europa.

Fue la semana pasada cuando Nokia amplió su demanda inicial contra Apple –a la que acusa de violación de patentes– del teléfono móvil iPhone a todos los demás productos móviles de la compañía californiana, lo que incluye, además del iPhone, los iPod y los ordenadores portátiles MacBook y MacBook Pro.

A la primera demanda Apple contestó a la finlandesa con otra demanda por trece patentes de Apple supuestamente infringidas por Nokia, a la que de paso acusó de copiar el iPhone y de iniciar su demanda más que nada por tomar de decisiones que la han llevado a perder rápidamente su posición en el mercado de los teléfonos móviles de gama alta.

Ya en su día Nokia admitió que no había reaccionado lo suficientemente rápido para adaptarse al mercado tras el lanzamiento del iPhone, entre otros nuevos modelos de teléfonos de gama alta o smartphones que llegaron con él.

Precisamente unos días antes de conocerse la demanda, Nokia había anunciado pérdidas en el tercer trimestre del año, que ascendían a 560 millones de euros y que iban acompañadas de una pérdida de cuota de mercado para esta gama de teléfonos.

La sensación desde fuera es que entre sus más y sus menos unos y otros se han estado haciendo la vista gorda todos estos años (el iPhone salió en junio de 2007, la demanda es de finales de 2009) hasta que Nokia se ha visto tocada donde más le duele (en la caja) pero –de nuevo visto desde fuera– no porque nadie le haya robado nada, sino porque realmente lleva ya varios años perdida y sin sacar nada medianamente interesante, salvo excepciones como el N900, aún con sus peros y que, sin embargo, hoy por hoy tampoco parece vaya a ir a ningún lado.

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