Tras un primer intento fallido el pasado 23 de febrero, hoy se producía el lanzamiento del satélite Glory de la NASA, que tenía como objetivo el estudio de los aerosoles en la atmósfera y obtener datos de la irradiancia solar para ayudar en el estudio del clima a largo plazo.
Impresión artística del satélite en acción - NASA/GSFC, vía Wikipedia
Pero igual que ocurrió con el Orbiting Carbon Observatory, el anterior satélite del programa de ciencia de la Tierra de la NASA, el carenado que lo protegía durante el lanzamiento no se desprendió en el momento previsto, lo que impidió al satélite alcanzar su órbita.
De hecho, aunque todavía no está confirmado, lo más probable es que haya caído en el Pacífico sur.
Este es el segundo lanzamiento consecutivo fallido de un Taurus XL, los dos por la misma causa, pues el OCO también fue lanzado en uno de estos cohetes.
Así que aparte de los 424 millones de dólares en los que se estima el valor del satélite perdido, los científicos se quedarán sin los datos que este satélite debía aportar en los campos de composición atmosférica, ciclo del carbono, ecosistemas, y biogeoquímica.
Tal como se puede leer en NASA Creates Glory Satellite Mishap Investigation Board, la agencia va a crear una comisión para investigar lo que sucedió, pues se suponía que el problema con el carenado de los Taurus XL estaba solucionado.