Por @Alvy — 2 de marzo de 2012

Publico-Webdesp

Como es bien sabido, el diario Público cerró y dejó de existir en los quioscos en su formato árbol muerto hace una semana. Llevaba publicándose desde 2007. Mientras los empleados intentaban llegar un acuerdo con la empresa editora para salvar el periódico y sus puestos estuvieron trabajando un tiempo sin cobrar la nómina, no pagando a colaboradores sufriendo otras precariedades, pero al parecer no se ha encontrado una solución.

Ahora la empresa editora quiere dejar en la calle al 84% de la plantilla (unas 134 de 160 personas) y los trabajadores se han movilizado apoyándose en lo único que les queda: la web del diario y las redes sociales, especialmente Twitter, bajo el lema #PúblicoenLucha.

Hoy en día con la maldición de la crisis muchas empresas atraviesan por situaciones similares. El diario Público podía gustar más a unos que a otros, especialmente en lo que se refiere a los cansinos temas políticos –personalmente a mi esa parte no me interesaba demasiado– o podía estar mejor o peor gestionado – por lo que se ve, no demasiado bien. Pero sin duda Público tenía otros méritos.

Su sección de ciencia estaba sin lugar a dudas reconocida como una las mejores del panorama actual; era uno de los pocos periódicos que se negaba a dedicar espacio al horóscopo y la astrología, y tampoco admitía anuncios publicitarios de prostitución. Su web era –y sigue siendo– un ejemplo excelente de medio de comunicación online, en el que los weblogs de editores y colaboradores y las herramientas de la web social eran además una parte importante de la publicación. De hecho desde Microsiervos recordamos entrañablemente cómo colaboramos en los comienzos del diario puntualmente con algunos artículos, declaraciones y charlas virtuales de vez en cuando.

Entre los materiales promocionales –o culturizantes, según se mire– que el periódico ofrecía los domingos se incluían excelentes documentales científicos y sobre la naturaleza, como Planeta Tierra o Historia del Universo, pero sobre todo no se puede olvidar que también revivieron la obra cumbre de la divulgación científica del siglo XX: Cosmos, de Carl Sagan.

Es triste la situación a la que ha llegado el diario, y ojalá se encuentre una solución que resuelva el problema para bien de todos. Personalmente me deja un poco alicaído ver pasar por el timeline de Twitter tanto mensaje «en lucha» de quienes han trabajado largos años para crear un producto de calidad, especialmente en el ámbito científico, divulgativo y de Internet. La mejor de la suerte para ellos.

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