Por Nacho Palou — 5 de agosto de 2009

Humo del incendio en el Valle del Tiétar (Ávila) sobre Madrid / (cc) Mirindas27
El humo del incendio en el Valle del Tiétar (Ávila) el pasado 28 de julio llegó hasta la ciudad de Madrid. Foto: Mirindas27.

A estas alturas de 2009, según datos del Ministerio del Medio Ambiente (Estadísticas de Incendios Forestales) y del informe Incendiómetro 2009 de la WWF, la superficie quemada por los incendios forestales duplica con 80.000 hectáreas las 40.000 que fueron pasto de las llamas a lo largo de todo el año 2008. El número de grandes incendios (más de 500 hectáreas quemadas) contabilizados hasta el 26 de julio era de 22, once veces más que en 2008 (2) y 22 veces más que en 2007 (1).

Hasta ahora han muerto por este motivo once personas.

La tendencia venía siendo descendente desde el año 2005 en el que se alcanzó la cifra cercana a las 200.000 hectáreas quemadas. Entonces se tomaron medidas tales como prohibir el uso del fuego en el monte en épocas de riesgo (entre primavera y otoño), se crearon las Unidades Militares de Emergencias (UME) y se atacó la especulación, endureciendo la conversión de superficie de bosque quemada para otros usos, según recoge el documento de la WWF.

En 2006 sólo en Galicia ardieron cerca de 100.000 hectáreas. 150.000 en todo el país, que es la de media anual para los últimos diez años. De media, apenas unos 15 incendios (fuegos que consumen más de una hectárea, mientras que se llama conato cuando la superficie afectada es menor que esa unidad) bastan para quemar el 34 por ciento del total afectado. Las emisiones de CO2 por incendios ascienden a 6 millones de toneladas.

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