La semana pasada supimos que Josep Pàmies pretendía impartir sendas charlas en A Coruña y Vigo. La primera en uno de los salones de actos del hotel Attica21 y la segunda en el salón de actos del Colegio Hogar. En cuanto tuvimos noticia de esto muchos nos movilizamos para intentar que esas charlas no tuvieran lugar.
En el caso del colegio no nos cabe duda de que la pseudociencia no tiene cabida en lugares públicos y que el que se celebre un acto como ese en un colegio no hace sino darle una pátina de autoridad por asociación que no debería tener. En el caso del hotel apelábamos a la responsabilidad social de la empresa propietaria, pues entendemos que aunque el objetivo de la empresa es ganar dinero esto no debería ser a cualquier costa.
En el caso del hotel no las teníamos todas con nosotros, ya que el año pasado ese mismo hotel sirvió de sede para charla de Pàmies después de que tanto el ayuntamiento como la universidad de A Coruña retiraran el permiso para que diera sendas charlas en dos de sus locales.
Pero afortunadamente los dos espacios anunciaron en pocas horas que no se celebrarían las conferencias ni en A Coruña ni en Vigo, aunque no nos cabe duda de que Pàmies y sus seguidores intentarán buscar otros sitios en las que celebrarlas.
Sí, es cierto que Pàmies, gracias a que vivimos en un país en el que hay libertad de expresión, puede decir lo que le plazca. Así que puede decir, como de hecho hace, que la vacuna de la varicela «va a provocar un incremento terrible de autismo porque está producida con células embrionarias de fetos abortadas.» Puede decir, como de hecho hace, que «La difteria es una bacteria tan sensible al dióxido de cloro como el virus del ébola. ¿Por qué no dar alternativas sencillas y tranquilizar a la Sociedad? ¿Por qué las mismas autoridades sanitarias callan como miserables delante del hecho gravísimo de los efectos secundarios de medicamentos y vacunas, que son ya la tercera causa de muerte en Europa (240.000 muertos al año)?» El dióxido de cloro, por cierto, es un desinfectante industrial cuyo uso farmacológico ha sido prohibido por el Ministerio de Sanidad. Puede decir, como de hecho hace, que «Nadie ha demostrado jamás que el VIH sea la causa del SIDA, ni que el virus se transmite por la vía sexual. Es más, ni siquiera se ha demostrado que el VIH existe.» Y así podría seguir un buen rato.
Pero el problema es que su libertad de expresión termina, al menos en mi opinión, en cuanto sus recomendaciones llevan a cualquiera a abandonar tratamientos médicos por soluciones milagrosas que este señor, curiosamente, vende, por no hablar de cuando recomienda dar a bebés pequeñas dosis de marihuana y cosas así.
Por eso decimos siempre que a personas como estas hay que achicarles espacios, que no hay que cejar en el empeño de intentar impedirles que difundan sus nefandos mensajes aún cuando las autoridades hacen menos de lo que deberían por impedírselo.
Por eso, el día que supimos que las dos charlas en Galicia estaban, en principio, canceladas, pudimos decir aquello de que Galicia 2 – Pàmies 0 y sonreír al hacerlo.
En la Carta abierta a la dirección del Hotel ATTICA 21 en A Coruña que escribió Manuel Herrador hay más información sobre lo que dice y hace Josep Pàmies. Puede servir como base para dirigirse a instituciones y empresas que vayan a alojar charlas suyas para hacerles ver quién es este individuo –a menudo los espacios no los reserva él directamente– y pedirles que reconsideren el asunto.