A finales del siglo XIX, Albert Michelson –el mismo que calculó la velocidad de la luz junto con Morley– inventó esta máquina que llegó a comercializarse y tenía la capacidad de sumar 20 sinusoides (y en otra versión hasta 80) y de la cual se vendieron al menos 4 unidades.
El Analizador Armónico, que es como se llamaba, sumaba cosenos y también podía realizar la operación inversa, que se conoce matemáticamente como la transformada de Fourier y que es una de las «ecuaciones» más relevantes de la historia: se utiliza hasta la saciedad en la digitalización y tratamiento de datos, en las señales de telecomunicaciones, para comprimir un MP3 e infinidad de cosas más.
Al prototipo del analizador de 1897 siguieron varios modelos más grandes y funcionales que llegaron a comercializarse, por unos 225 dólares de la época. Pero quién sabe por qué su historia se pierde en esas primeras décadas en las que la electricidad comenzó a apartar a los aparatos puramente mecánicos.
Pero hete aquí que u n buen día apareció una de ellas un tanto destartalada en el campus de la Universidad de Illinois, donde había pasado 40 años dentro de su urna de cristal. Se estudió, restauró y puso a punto. Y ahora nuestro admirado Bill Hammack –más conocido por Engineer Guy– ha convertido la historia de la recuperación de esta máquina precursora de los ordenadores modernos en un vídeo en cuatro partes –el origen, cómo funciona y ejemplos de cálculo– además de un precioso libro e incluso pósteres con fotografías y todo lujo de detalles.