Por @Wicho — 15 de febrero de 2022

Código fuente – Ilya Pavlov en Unsplash

Me parece muy importante lo que cuentan desde Civio en La Justicia impide la apertura del código fuente de la aplicación que concede el bono social. Básicamente han pedido que les dejen acceder a «las tripas» de BOSCO, el programa que usan las eléctricas para decidir si una persona tiene derecho al bono social, y les han dicho que no.

Es muy importante porque ya sin haber accedido al código fuente –las tripas que he mencionado antes, las instrucciones que forman el programa y le dicen qué hacer– pudieron demostrar, simplemente viendo los resultados, que hay fallos en su diseño que devuelven errores o negativas en casos en los que la persona solicitante tiene derecho al bono.

El Gobierno, a la hora de oponerse a la apertura del código fuente de la aplicación, alegó que difundirlo supondría problemas tanto de seguridad pública, como defensa nacional y propiedad intelectual. Los dos primeros argumentos parecen un tanto cogidos por los pelos –muy cogidos por los pelos, más bien–. El tercero podría resultar más vendible. Pero es que en Civio no piden acceso a todo el código sino sólo a la parte que aplica la normativa que regula el acceso al bono; no piden ningún tipo de claves de acceso a ninguna base de datos ni nada parecido.

A mí, personalmente, me parece que lo lógico sería que tuviéramos acceso a esa parte del código; de hecho creo que debería ser pública en toda aplicación del estilo. Y más en este caso porque es una aplicación desarrollada –bueno, más bien pagada– por el gobierno.

De lo contrario estamos dependiendo de que alguien haya hecho bien su trabajo a la hora de implementar esa normativa en un programa y estamos dependiendo de ello a ciegas. Y depender a ciegas del software es muy mala idea.

Civio ha recurrido la sentencia; a ver qué pasa.

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Foto por Ilya Pavlov en Unsplash

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