En este vídeo de National Geographic, con las consiguientes dosis de guionización y dramatización propias del programa ese de la casa de empeños de Detroit o del explorador «behind the musgo», se cuenta algo sobre la historia de una cápsula del tiempo enterrada hace 30 años en la que invitaron a Steve Jobs a dejar un recuerdo para generaciones futuras. Al parecer debía haberse abierto en 2000, pero alguien no guardó los mapas o algo así y había permanecido perdida estos últimos 14 años.
El día en que le pidieron su colaboración (fue en 1984) el cofundador de Apple había terminado de dar una conferencia sobre el futuro de la tecnología, así que le ocurrió donar el ratón de su Apple Lisa para que fuera enterrado. No creo que sea siquiera spoiler decir que éste ha aparecido perfectamente conservado en una bolsa de plástico en la cápsula, junto con otros objetos de la época: un cubo de Rubik, casetes de los Moody Blues y similares.
(Vía Update or Die.)