Una novedad reciente en el sector de los navegadores es Edge basado en Chromium (v79), que como es sabido es el código abierto genérico creado originalmente por Google para quienes necesitan desarrollar un navegador web. Como suele decirse, Microsoft al final abraza el código de Google para esto, tras años de altibajos con Explorer y Edge.
Curiosamente Edge está disponible tanto para Windows como también para macOS. Los más viejos del lugar recordarán que hacía 13 años que Microsoft no lanzaba un navegador para la plataforma de Apple; el viejo Explorer para MacOS eran bastante infame la verdad, era mucho mejor usar Netscape, Firefox o Safari, cuando surgió. Este «Edge para Mac» lo he estado probado un poco y no va mal: la instalación es limpia, permite pasar los datos de Chrome fácilmente y además está disponible en 90 idiomas.
De este modo todos los navegadores apoyados por las grandes empresas siguen pareciéndose cada vez más unos a otros, lo cual está en cierto modo está muy bien: son más estándar, los desarrolladores no tienen que volverse locos con los hackeos para que las páginas se vean igual en todos ellos y en algunos incluso funcionan las extensiones y plug-ins de otros.
Por otro lado, por ahí siguen dando tumbos algunas de alternativas antiguas de otros como Ópera o Firefox, con un futuro incierto, pero que tienen su público. Y también hay otras alternativas todavía incipientes, tremendamente ingeniosas y atractivas como Brave con apuestas muy concretas –y fuertes– sobre qué hacer con los temas de privacidad, gestión de la publicidad y demás.
La siguiente fiesta que va a haber en este sector es ver qué pasa con el bloqueo de cookies de terceras partes y otras cuestiones relativas precisamente a la privacidad. Así que habrá que estar atentos, aunque para la mayor parte de la gente no creo que sea algo tan relevante como para hacerles cambiar un software por otro.
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