Este vídeo es una excelente demostración de cómo «pensar de otra forma» respecto a los tipos de tareas que realiza el software actual y el que podrían hacer en el futuro. Se trata de la edición de fotografías de rostros mediante algoritmos de redes neuronales, algo que a diferencia de la edición habitual «por píxeles» en que se trabaja con el aprendizaje e «imágenes similares» modificando pequeñas zonas que puedan «tener sentido». El pincel y los colores intentan rellenar la imagen con la información que más se acerque al objetivo, lo cual puede requerir modificar otras partes de la foto, por ejemplo el color del pelo o los labios.
El resultado es bastante impresionante a nada que se deje volar un poco la imaginación, pero lo cierto es que actualmente es tosco e impreciso. De hecho funciona bien solo con las muestras de rostros generados directamente por la red neuronal, pero no funciona cuando se aplica a otras imágenes desconocidas. Un truco bastante burdo pero efecto combina ambas técnicas con las tradicionales «máscaras» para hacer más aceptables y menos estrambóticos los cambios. Pero parece prometedor.
Este software puede descargarse en Github (Neural-Photo-Editor) y es el trabajo de Andrew Brock de la Universidad de Cornell, cuyo trabajo puede leerse con todo detalle: Neural Photo Editing with Introspective Adversarial Networks.
(Vía Boing Boing.)