Por @Wicho — 7 de noviembre de 2017

Me ha parecido muy interesante lo que plantea Reshma Saujani en esta charla (hay subtítulos en castellano) acerca del motivo por el que las mujeres «huyen» de las carreras relacionadas con la ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas. Según ella, y en resumen, esto es porque educamos a las mujeres para aspirar a la perfección, mientras que educamos a los hombres para arriesgarse y les decimos que no pasa nada si fallan.

Me ha parecido revelador también lo que cuenta acerca de cómo las niñas a las que enseñan programación en Girls who code se resisten a mostrar el código que han escrito –hasta el punto de borrarlo– cuando llevan un rato intentando que funcione y no lo logran.

Como todas las generalizaciones admite matices, pero en mi caso me ha chocado y me ha llamado poderosamente la atención porque describe muy bien el comportamiento de alguien que tengo muy cercano y de quien me costa que nunca ha sido educada, al menos en casa, para conseguir esa perfección de la que habla Reshma.

Es como para pensarlo.

Girls who code, una organización sin ánimo de lucro fundada por Reshma en 2012 que enseña programación a las niñas. En su primer año tuvo a 40 alumnas pero en 2016 ya contaba con 40.000, lo que es todo un contraste con las 7.500 mujeres que se gradúan al año en informática en los Estados Unidos.

***

A raíz de la falta de mujeres en el mundo de la tecnología me parece también muy recomendable la lectura de The Ethical Minefields of Technology, un artículo que argumenta que necesitamos más mujeres y personas que sepan de ética y filosofía en ese campo, pues en su situación actual, dominada por hombres blancos, se aprecian considerables sesgos de género y raza.

(La charla vía Mujeres con ciencia. Gracias, Esther).

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