Por @Wicho — 21 de junio de 2005

Andrew Orlowski de The Register explica en Taking Osborne out of the Osborne Effect que el efecto Osborne del que tanto se ha hablado desde que Apple anunció que se pasaba a procesadores Intel en realidad no existió, al menos no tal como se cuenta habitualmente.

Osborne.jpgLo que llevó a la ruina a Osborne no fue que el anuncio de un nuevo modelo de su «portátil» detuviera las ventas del modelo anterior, sino que cuando ya habían hecho la transición al nuevo modelo, las ventas volvían a ir razonablemente bien y la empresa estaba empezando a ganar dinero de nuevo, uno de los vicepresidentes de la compañía encontró almacenadas placas principales del modelo antiguo por valor de unos 150.000 dólares y le sugirió a Adam Osborne que podían sacar un dinerito completando esos ordenadores y vendiéndolos.

El problema es que no midieron bien lo que les iba a costar hacer eso y sus consecuencias y la empresa se gastó unos dos millones de dólares en componentes y carcasas para completarlos en un momento en el que la empresa no podía permitirse más deudas, lo que la llevó a la bancarrota antes de que Osborne tuviera tiempo de reaccionar.

John C. Dvorak, que escribió la historia de la compañía en Hypergrowth, confirma esta versión de los hechos, que está recogida en el citado libro, y dice que probablemente la gente se confunde con lo que sucedió con North Star, que fabricaba una controladora de diskettes y que sí consiguió cargarse todas sus ventas con el preanuncio de una nueva versión de ésta, aunque la empresa no llegó a cerrar.

Incluso añade

Pre-announcements never killed anyone: just look at Microsoft (or IBM before them).

  • Osborne Effect en la Wikipedia, ya actualizado con la información del artículo de The Register. Impresionante.
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