El New York Times publicó esta pieza sobre Lonnie Mimms, un coleccionista «profesional» amante los ordenadores. En su pequeño museo ha ido atesorando todo tipo de equipos principalmente de las décadas de los 70, 80 y 90. Muchísimos de ellos parecen funcionar y el lugar rezuma un aroma vitange digital que haría a más de uno desear pasarse allí un fin de semana explorando.
El buen hombre que no vendería su colección ni por un millón de dólares y que probablemente ha invertido muchos cientos de miles en todos los PC y su restauración. Si viviste la época gloriosa de los primeros ordenadores personales probablemente te suenen muchos de los equipos que allí aparecen.
Los equipos son tan viejunos, tan viejunos que incluso se ve –¡y oye!– un módem con acoplador acústico que era como se conectaban por aquella época los PC a la línea telefónica y a algunas redes y servicios en línea primigenios – porque ni siquiera Internet era popular ni como la conocemos ahora. ¿La velocidad de transmisión de la época? 300 bits por segundo. No 300 millones de bits, simplemente trescientos.