Por @Wicho — 15 de febrero de 2021

Betty Jennings y Frances Bilas, dos de las programadoras originales del ENIAC – U.S. Army
Betty Jennings (izquierda) y Frances Bilas, dos de las programadoras originales del ENIAC – U.S. Army

Aunque el ENIAC está equipado con 18.000 tubos de vacío y pesa 30 toneladas, los ordenadores del futuro tan solo necesitarán 1.000 tubos de vacío y pesarán 1,5 toneladas.

– Popular Mechanics, Marzo 1949.

Hoy se cumplen 75 años de la puesta en marcha oficial del ENIAC, uno de los primeros ordenadores electrónicos construidos; de hecho el Electronic Numerical Integrator And Computer se puede considerar como el primer ordenador digital de propósito general de la historia.

Estaba concebido para acelerar los cálculos de las trayectorias de los proyectiles disparados por las piezas de artillería del ejército de los Estados Unidos, una tarea tediosa que tomaba unas 40 horas por trayectoria. La idea era automatizar y acelerar este proceso.

El contrato para la construcción del ENIAC fue firmado el 5 de junio de 1943 y el trabajo en el Proyecto PX, su nombre en código, comenzó al mes siguiente. Pero dado lo complicado de la tarea el ENIAC no llegó a tiempo de cumplir el objetivo para el que había sido diseñado. Y eso a pesar de que John Mauchly y J. Presper Eckert, sus diseñadores principales, renunciaron a implementar algunas de sus ideas más avanzadas en aras de acelerar el proyecto.

El ENIAC se considera generalmente el primer ordenador de la historia, aunque esto depende de la definición de ordenador que se use y por ello hay varios candidatos a ese puesto. Y aún a pesar de no estar listo a tiempo para ser utilizado durante la Segunda Guerra Mundial en su presentación pública calculó la trayectoria de un proyectil en apenas 30 segundos, dejando claramente demostrada la validez del concepto. De hecho del ENIAC se derivan los ordenadores modernos; es una especie de LUCA de los ordenadores.

Elizabeth «Betty» Snyder programando el ENIAC – U.S. Army
Elizabeth «Betty» Snyder programando el ENIAC – U.S. Army

Pero gran parte de su éxito se debe no sólo a la validez del diseño original –o no tan original– de Eckert y Mauchly sino también al trabajo –no reconocido durante muchas décadas– de las «chicas del ENIAC», las mujeres que aprendieron cómo programarlo y que lo convirtieron en un cacharro realmente útil. Porque un ordenador sin programas no sirve para nada.

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