En The Guardian publican un artículo en el que explican los resultados de un estudio llevado a cabo por investigadores sobre el repositorio de código GitHub en el que han concluido que las mujeres son mejores programando, al menos si se tiene en cuenta las aprobaciones de código por parte de otros programadores (en la jerga: pull requests) que pueden considerarse como una forma de validación de su efectividad y calidad.
Lo curioso del asunto es que aunque su «ratio de aceptación» es mayor que el de los hombres (78% frente a 74%) esto sólo sucede cuando los datos de su perfil no permiten identificar que se trata de una mujer; en el resto de los casos su aceptación es igual que la de los hombres. Para asegurarse del sentido de estos sesgos emplearon una muestra de 3 millones de envíos de código, en los 10 lenguajes más populares y eliminando todos los demás factores (tamaño del código enviado, tipo de programas) vieron que en todos los casos la situación es la misma.
Pese a que la diferencia es pequeña esto viene a decir que la injusticia está ahí: si el apodo o nombre utilizado en el perfil permite identificar el sexo de quien envía el código como «mujer» su ratio de aceptaciones será más bajo que si utiliza un nombre neutro.
Según explican en el artículo esto ha arrojado cierta sombras sobre el concepto ideal de meritocracia en GitHub, algo que tampoco es nuevo pero que ahora ha quedado confirmado con todo detalle.
Actualización: Scott Alexander de Slate Star Codex apunta algunos datos sobre por qué el estudio (y lo poco que se sabe de él) puede no ser muy fiable, tener otros sesgos o no ser realmente significativo Before you get too excited about that GitHub study….
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{Foto: Harlem Women Code (CC) Sebastian Delmont @ Flickr}