Por @Wicho — 30 de octubre de 2008

Se ha puesto de moda denigrar los ordenadores del pasado con frases como «volamos a la Luna con menos potencia de cálculo de la que tengo en mi reloj» o «¿puedes creer que todo el programa Apolo cabía en solo 36K de memoria?» De todos modos, centrarse sólo en el tamaño de la memoria o la velocidad del ordenador deja completamente de lado los logros de ingeniería del ordenador del Apolo. Porque, ¿quién de nosotros se jugaría la vida a que nuestros ordenadores de sobremesa, con toda su velocidad, precisión, y memoria, podrían funcionar dos semanas seguidas sin un sólo fallo? El transbordador espacial vuela con cinco ordenadores redundantes. Cualquier avión de pasajeros con tecnología digital tiene un mínimo de tres. Apolo sólo tenía uno. Nunca falló en vuelo. [Digital Apollo: Human and Machine in Spaceflight, de David Mindell]

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