Por Nacho Palou — 29 de octubre de 2012

Horace Dediu en The omnivorous app,

El software rara vez se percibe como el activo de valor fundamental de un negocio.

Pero no nos equivoquemos: Apple, Google, Microsoft, Facebook y Amazon son todas empresas de software. Cada una "monetiza" o integra el software a su manera, pero el software es causal en sus ingresos. El software ha hecho de ellas empresas revolucionarias.

El software ha cambiado la electrónica de consumo, el comercio, la informática, la publicidad, los medios.

Y todavía no hemos visto nada. Hay otra clase de software que está a punto de arrasar a un nuevo grupo de industrias. Las aplicaciones integradas con servicios en internet son las termitas que se preparan para devorar los cimientos de las grandes industrias que aún siguen en pie: juegos, televisión, entretenimiento y comunicaciones.

Marc Andreessen en Why Software Is Eating The World,

Las compañías dominantes en la industria musical son también compañías de software: Apple, Spotify, Pandora. Mientras, cada vez más, los sellos discográficos tradicionales sólo sirven para proporcionar contenido a esas empresas de software.

En entretenimiento las compañías que más crecen hacen videojuegos -es decir, hacen software.

Que Netflix reemplazó a Blockbuster es algo conocido por todos. Comcast, Time Warner y otros se están transformando en empresas de software para liberar su contenido del cable físico y llegar a smartphones y tablets.

La fotografía fue devorada por el software hace mucho tiempo; como la edición de libros. Pixar era una compañía de software. Disney -¡Disney!- tuvo que comprar la compañía de software Pixar para seguir siendo relevante en la producción de películas animadas.

El trabajo de programador asciende merecidamente en la escala de empleos ilustres.

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