Por @Alvy — 13 de septiembre de 2015

Si te indigna que la tinta de impresora original sea uno de los líquidos más caros del planeta y como usuario final odias que te mientan sobre los «cartuchos vacíos» imagina cómo se sentirá la gente que se dedica profesionalmente al tema de la impresión y gasta litros y litros cada semana.

La gente de Bellevue Fine Art realizó la prueba con su impresora Epson 9900, un modelo profesional de gran formato que cuesta más de 5.000 eurazos. Cuando veían saltar el aviso de Low Ink («queda poca tinta») extraían los cartuchos y pesaban metódicamente la tinta que quedaba en ellos.

La fórmula es un poco liosa porque es complicado desmontar los cartuchos y hay que descontar el peso del cartucho en sí, etcétera, pero el caso es que de promedio cada cartucho «con poca tinta» tenía unos 120 mililitros, más o menos un 15 o 20 por ciento de lo que tiene un cartucho nuevo (700 ml). Así que al precio de sangre de unicornio al que van y viendo cómo podrías reciclar con tinta original un cartucho con los restos de otros cinco o seis ya te puedes imaginar el cabreo que se cogen los usuarios de estos chismes.

Tal y como explican, contactaron con el fabricante para explicarles el problema de cuán mal calcula la impresora que se está acabando la tinta pero no les dio ninguna solución. Qué raro. ¿Por qué será?

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